Crudités con crema de queso azul y cristalitos de cebolla

REMEMBER, IF YOU NEED ENGLISH TRANSLATION JUST ASK FOR IT.
Y despúes de esta demostración de que la comida rápida no tiene porqué ser mala, puede ser elaborada en casa, quedar mejor y ser muchísimo más sana que la elaborada en las cadenas de restaurantes fast -food que son tan populares, acabamos con las hamburguesas y derivados y volvemos a lo nuestro, a nuestra senda culinaria.

Hoy vamos con un plato vegetariano muy popular a nivel mundial que además de ser un aperitivo de diez, puede ser perfectamente un primero para tomar en la piscina este verano. No digo que los bocadillos tengan nada de malo, pero las fiambreras tampoco y una fiambrera con las verduritas ya cortadas y un poco de esta salsa es como para caerse de espaldas.

Por cierto, el plato es vegetariano, pero lleva lácteos, lo siento veganos, pero me temo que este no es vuestro blog, es un blog de omnívoros hecho para omnívoros.
Esta receta participa en el concurso cuatroespecias.blogsspot.com

Ingredientes:
Para las crudités:
-Dos zanahorias.
-Apio.
-Hinojo.
-Vainas (alubias verdes)
-Pepino.
-Melón.
-Champiñón.
En fin las hortalizas o verduras que prefiráis, pero que sean más o menos ''consistentes'', como véis también valen frutas como el melón, las que he puesto son sólo algunos ejemplos.
Para la salsa:

-Medio vaso de nata.

-Medio vaso de leche vaporizada.

-50 gramos de queso azul.
-50 gramos de queso tierno o queso de cabra.

-Medio yogur natural.

-Pimienta.

Opcional (pero muy recomendable): cebolla caramelizada crujiente, frutos secos picados, sésamo tostado, o incluso un picatostes, un yogur.

Consejo del chef: La salsa la podéis aligerar usando un poquito de leche, o incluso no echando nada de nata y sólo leche vaporizada (pero pierde un poco de cremosidad).

Elaboración:
Para las crudités:
1- Limpiamos todas las verduras, retiramos las hebras a las vainas y al apio (con un estropajo se hace muy bien) y las cortamos en bastones.
2- En el caso de esparragos, vainas y similares a mi me gusta escaldarlos en agua hirviendo durante un minuto y despúes enfriarlos en agua con hielo. De esa forma les quitamos un poco el sabor a crudo, pero conservamos ese toque y además gracias al hielo siguen crujientes.
Para la salsa de queso:

1- Vertimos la nata y la leche vaporizada en un cazo y cocinamos a fuego medio-alto moviendolo de vez en cuando. Una vez comience a espesar añadimos el queso tierno cortado en trozos y movemos hasta que se funda. En el caso del queso de cabra no hace falta esto.

2- Retiramos del fuego y ponemos la mezcla en un cuenco para la batidora. Añadimos el queso azul y batimos hasta que se funda con el calor residual y la batidora.

La receta original se hace sólo con queso azúl, así que ahí lo dejo para el que lo quiera. Además también lo podemos hacer como una fondue cambiando el queso tierno por un queso de fundir como un gruyére o enmental, por ejemplo.

3- Rectificamos de pimienta y añadimos los opcionales que prefiramos (recomiendo altamente los cristalitos de caramelo de cebolla), también podemos añadir un poco de yogur natural si nos ha quedado muy espeso o muy fuerte.
Para hacer los cristalitos sólo tenéis que caramelizar la cebolla (pinchad en el enlace) pero escurriendola bien una vez este confitada y añadirla al caramelo hecho con cuatro cucharadas de azúcar moreno.

Para los que no tengáis mucho tiempo o queráis algo muy fácil:

Podéis hacer una salsa muy rica y rápida batiendo un yogur, una cucharada de mostaza de Dijon, y tres cucharadas de queso de untar, y ya sólo sería rectificar de pimienta; no es lo mismo, pero nos saca del lio.

Lo más usual es presentar la verdura en bastones y un cuenco en el centro con la salsa para untar.