Con la llegada del verano llega una gran variedad de frutas, entre ellas el tomate; si pensáis que es una verdura también os doy la razón, es lo que tiene el tomate, vive entre dos mundos. Además llegan en abundancia, tengo un amigo, Raul, que tiene tomateras y cuando empiezan a salir ya no paran.
Tomate con jamón (la presentación es importante) |
Pero cuando tenemos demasiado tenemos que conservarlos, un buen método para que no se nos echen a perder es hacer salsas para conservarlo, las más típicas son: la salsa de tomate, el tomate frito y la mermelada de tomate (la haremos en otra ocasión). Luego las metéis en tarros de cristal (llenadlos hasta el borde) los cerráis y los esterilizáis metiéndolos en agua hirviendo 30 segundos; así os aguantarán bastante.
Por otra parte me gustaría dejar clara una diferencia existente entre la salsa de tomate y el tomate frito, dado que muchas veces pensamos que es lo mismo; la salsa de tomate tomate se diferencia del tomate frito en que el segundo es la fritura del primero, ¿lioso? no os preocupéis que en la receta lo comprenderéis fácilmente.
Ingredientes
- Tomates (en este caso 1 kilo)
- 1 cebolla.
- 1 diente de ajo.
- 1 pizca de sal y otra de azúcar.
- Aceite.
Opcional: un pimiento rojo (verde también vale).
Elaboración
1- Pelamos y picamos los tomates (reservamos). Para pelarlos lo podemos hacer con una puntilla afilada o si no le damos un corte con forma de ''X'' en la piel al tomate y lo escaldamos 30 segundos en agua hirviendo, de esta forma se pela fácilmente
También picamos el ajo, la cebolla y el pimiento, si es que lo queremos agregar.
2- Sofreímos el ajo, la cebolla y el pimiento con un chorrito de aceite; una vez sofrito añadimos el tomate picado y le echamos una pizca de sal y otra de azúcar (el azúcar es para contrarrestar la acidez del tomate) y dejamos que se cocina hasta que el tomate que de blando.
3- Ahora trituramos el tomate con la ayuda de una batidora o un pasapuré (yo además lo suelo pasar por un chino para que quede más fino). Con el paspuré queda más rojo que con la batidora pero es bastante más lento y engorroso, pero eso ya es vuestra opción.
Ahora dejamos cocinar otro rato hasta que se evapore bastante agua. Ya está ya tenemos nuestra salsa de tomate. Cómo veis es de color anaranjado, pues ese es el color de la verdadera salsa de tomate, las comerciales tienen colorantes, no obstante, podéis echarle un poco de pimentón dulce para darle un color más rojo, aunque a mi me gusta tal como está.
Otra opción que también me gusta bastante es sofreir la cebolla, el ajo y el pimiento primero y después echar el tomate (pero previamente rallado) queda de lujo, pero es bastante más trabajoso.
-En el caso de querer tomate frito:
- En una cazuela echamos un chorro de aceite y lo calentamos a fuego medio, ahora le echamos la salsa de tomate y lo freímos durante un minuto sin dejar de remover.
En el caso de usar la salsa de tomate para tomate frito debemos dejar evaporar antes el máximo de agua posible, aún así tenemos que tener a mano una tapa porque salta mucho. Y ya tenemos el tomate frito. Fácil, ¿verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario